domingo, noviembre 25, 2007

El sendero de la simplicidad o un camino distinto al consumismo


Sivaia! Parate y considera. Mira un instante a tu alrededor, obsérvate y observa a la gente. ¿Nunca te has sentido manejado por unos hilos invisibles? Son muy sutiles, es muy difícil sentirlos…

Como a una marioneta, te dicen cómo has de pensar, cómo has de sentir, cómo has de vestir, cómo has de hablar…cuáles han de ser tus gustos, tus apetencias, tus deseos y anhelos…

Creyendo que es tu vida, vives y trabajas para conseguir todo eso. Te angustias cuando no puedes. Y recibes un pequeño trocito de felicidad cuando crees conseguir algo. Pero enseguida pasa y quieres más. Mientras, transcurren los meses y pasan los años. Tu energía, tus pensamientos y tu vitalidad son consumidos en el proceso. Y un velo, cada vez más opaco, se va formando entre quien te quieren hacer creer que eres y quien eres realmente.

En esta vida, hay personas, pocas, que son lo que aparentan ser. Luego están las que aparentan ser lo que no son… Y las que aparentan ser lo que no saben que son. Si finges ser, una parte del tiempo, lo que no eres, es posible que, durante otra parte del tiempo, finjas ser algo que tampoco eres. Y cuando quieras ser tu mismo, hayas olvidado lo que realmente eres.

El ser humano actual, el hombre corriente, la gran mayoría, funciona solo con la razón. Ha aprendido desde su nacimiento una descripción del mundo que cree definitiva. Sus ideas son las ideas de los demás. La vida del hombre corriente no es más que un montón de hábitos e ideas de las que no es autor, a cuyos impulsos se habitúa a responder como una maquina.Desde su infancia temprana, se le doma y alecciona, así este hombre vive y lucha por las ideas de los demás, y morirá con la intima convicción de haberlo agotado todo.

El hombre corriente no imagina un solo instante que tiene la posibilidad total de cambiar su vida y de
pelear sus propias batallas . En ese drama llamado vida que representa el mundo diariamente ante sus sentidos, el ego, la razón, la idea colectiva son sus únicas referencias. El cambio con el que se le adormece no es en absoluto un cambio: es la modificación inevitable y permanente de una representación ilusoria de la que es sujeto sumiso, hoja a merced del viento.

Todos los cambios que anhela no son otra cosa que modificaciones internas de esta representación racional.En su existencia monótona y mecánica, el hombre corriente no puede hacer otra cosa, en tanto que hombre corriente, que intentar hacer a los hombres semejantes a el: no forzosamente a su idiosincrasia, sino a este hombre social del que se le ha persuadido que es el único que existe: que su conocimiento es el único valido, excluyendo de esta manera, toda otra forma de percepción. No hace sino trasmitir lo que le ha sido trasmitido y el hombre encadenado desde su nacimiento se convierte a su vez en guardián del otro.Este ser maquinal esta pleno de hábitos malsanos a los que llama su personalidad . Es así, como este hombre anodino, el hombre corriente -todos- es el esbirro del ego, guardián vigilante, que inconscientemente, impide toda evasión, toda elección hacia
el poder y la libertad.

Hoy toda ciencia carece de
Espíritu. Toda ciencia, en el moderno sentido de la palabra, es un conocimiento muerto: el mundo racional se alimenta de estos cadáveres. La ciencia no tiene como fin dar a conocer las cosas como son sino, por el contrario, hacerlas lo suficientemente inofensivas para que la toma de conciencia que de ellas pudiera resultar quede ahogada en el embrión.

Algo parecido sucede con la religión, es totalmente superfluo llevar a cabo estudios comparados sobre religiones, concepto sociológico en el que encerramos que importa que.
Gautama Buda no se interesaba por los elementos que componen los seres humanos ni por las teorías metafísicas. El saber como existía el mismo en ese momento le interesaba primordialmente.Gautama que encarno al Buda Arquetipico, volvió a poner de manifiesto una Senda muy Antigua, alejando toda imposición de la razón; fue seguido por los madhyamikas (los del camino del medio, de los que forman parte los budistas Chan y Zen) quienes veían que todas las existencias están vacías, y las cosas son tal como son, al margen de toda filosofía.

El Yoga y el budismo, no en tanto como reverencia debida a su ultimo fundador, lo cual seria una carga, sino como constatación de la simplicidad fundamental, es lo que puede estar mas cerca de la vía de la que estoy hablando: La Senda de la Simplicidad.

En estos tiempos actuales, (quizás tampoco antes), ninguna doctrina es merecedora de que se pierda el tiempo en estudiarla, solo el comportamiento fundamental del hombre
Ser Luminoso, porción de Sol debe ser nuestro objetivo, debe ser recobrado.

Esta nueva llamada puede simplemente despertar algo que siempre esta ahí en el hombre, pero que desaparece bajo toneladas de alquitrán, a medida que la civilización embrutece a todos con sus atroces "tamtam". Lamentablemente, tal es, en general, la actitud sectaria de las religiones y de los diversos ideales, sectarios por ser inevitablemente moralistas, dando consecuentemente a elegir entre el bien y el mal, haciendo suyos ciertos elementos y rechazando los demás por falsos o malos. Todo lo que se funda en los criterios de bien y de verdad es moralista, sectario y herético: La totalidad comprende también a sus contrarios. Bastaría, para ilustrarlo claramente, constatar que los apóstoles de la verdad y del bien son, en general, los más consumados mentirosos y los más impenitentes iconoclastas. En todo caso, estos idólatras del espíritu humano hacen lo posible por deformar el espíritu del hombre.

Para un yogui, la Senda Primitiva es una senda sin color , calma en la actividad, el tomar las cosas como son. Lo que no es partidista ni parcial no puede tener partidarios, lo cual significa que, se puede ser víctima de una religión, pero no de la religión pura, la via real . Esta vía no puede ser opuesta a tal o cual toma de posición.Si decides buscar esta senda, te diré algo: La Senda Primitiva es no-senda; no se puede inscribir ni en el tiempo, ni en el espacio, pues ésta es La Senda de la Simplicidad . Todo lo que hacemos constituye la verdadera senda y no lo que proyectamos a los demás.

El Yogui es el hombre a la conquista de sus orígenes, es decir, de su totalidad. La elección del
Sannyasin es su designio. La Senda Primitiva, el motor de su impecabilidad. Transitando la Senda Antigua se transforma en un Ser Luminoso y encarna el Principio del Gurú. El es infalible porque no esta separado del Universo y su mística Esencia. Este hombre transparente se despoja sin cesar, y vive plenamente cada instante sin preocuparse de que será mañana.Ego y razón son Rajas y Tamas, su acción sobre el hombre conduce al sufrimiento y al renacimiento; el desapego en la acción es Sattva, conduce a la liberación espiritual. Om mani padme hum.

Publicado por Tanumânasî el
9/24/2007 en el grupo de internet MISIONEROS DE LUZ YOGA