viernes, octubre 24, 2014

Ayotzinapa: Un test para México y la humanidad / Escribe: Adrian Flores / Rebelión






Hay lugares en el mundo y en la historia que marcan un punto de quiebre; un antes y un después. 

Y esto representa la escuela normal de AYOTZINAPA, en el estado Guerrero, México. Allí, la delincuencia, enseñoreada en un municipio, castigó con represión y desapariciones la “intromisión” de los estudiantes en contra de las organizaciones criminales que van capturando los poderes locales.

3 muertos, 43 desaparecidos, un  mar de estudiantes a lo largo y ancho de México en pie de lucha. 

Y el mundo también empieza a levantarse para clamar: 

¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!.

Y más allá: ¡Alto a una sociedad que privilegia el dinero hasta matar!

(Advertencia: Cualquier parecido o aproximación con lo que empieza a ocurrir en el Perú y en otras latitudes de Latinoamérica no es simple coincidencia) (Jesús Hubert)


En el Día de Acción Global por Ayotzinapa
5 Claves para comprender la Masacre de Ayotzinapa



1. Ocurre en un contexto de violencia general hacia el pueblo mexicano que lleva ya 8 años.

La masacre de Ayotzinapa es la última expresión de la crisis social que vive México desde hace ocho años, que tiene raíz en las elecciones presidenciales de 2006, la “lucha contra el narcotráfico” que inauguró Felipe Calderón en 2007 y el paquete de reformas estructurales implementadas en el país de un solo golpe por Enrique Peña Nieto. En menos de dos años, entre 2012 y 2014, se aprobaron 11 reformas estructurales que entre otras cosas, dejan en la precariedad laboral a todos los trabajadores mexicanos (Reforma Laboral); bloquean el desarrollo la cultura mexicana desde la niñez (Reforma Educativa) y regalan los recursos energéticos y legalizan el fracking (Reforma Energética).

Pero esta masacre, que involucra 6 personas asesinadas, (3 de ellos estudiantes, uno de los cuales apareció desollado al día siguiente), 29 personas heridas (17 de ellos estudiantes, y dos gravemente heridos) y 44 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, se superpone a múltiples casos de violencia de Estado, como la masacre de Tlatlaya (Estado de México), en la que el ejército mexicano ejecutó a 23 personas el 30 de junio de 2014.

Así que el asesinato contra estudiantes campesinos no se puede entender como un hecho aislado. Este próximo 12 diciembre se cumplen 3 años del asesinato de dos estudiantes de esta misma Escuela Normal Rural por parte de la policía federal, cuando intentaban despejar un bloqueo que mantenían los estudiantes en una de las autopistas más importantes del país, la “Autopista del Sol” (que vincula la ciudad de México con el puerto de Acapulco), para exigir un diálogo con el Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, con el objeto de defender el acceso automático a plazas de profesores, que la reforma educativa pretendía eliminar.

De manera que la lucha de los normalistas se inscribe directamente en el contexto de la defensa de los derechos laborales y del financiamiento público y el acceso a la educación que la aprobación de las reformas laboral y educativa han condenado definitivamente.

2. Es un ataque frontal a un esquema de educación popular involucrado con la lucha social en las zonas rurales de México.

La Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” fue fundada en 1926 como parte de un proyecto educativo que incluyó originalmente 29 Escuelas Normales Rurales, que tenían como objetivo facilitar el acceso a la educación a los hijos de los campesinos en las zonas rurales más aisladas del país1

Del proyecto original, que en la década de 1920 pretendía expandirse a otros Estados de la República Mexicana, actualmente sobreviven 15 Normales Rurales que atienden a más de 6 mil alumnos que provienen de algunas de las comunidades rurales más marginadas del país y constituyen para las familias pobres del campo, una oportunidad para que sus hijos accedan a una carrera profesional2.

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sábado, octubre 18, 2014

El caso de México: Cuando la delincuencia es la ley Escribe: Guillermo Trejo / El País



 “Delincuente adj./s. com. Se aplica a la persona que comete acciones que van contra la ley”.


Hasta ahora esa es la definición de lo que significa un delincuente, pero… ¿qué pasa si los delincuentes se convierten en la autoridad y la ley? 

En el Perú ya hemos visto la cantidad de candidatos a los municipios que estaban prontuariados o estaban vinculados al crimen organizado. Cabe preguntarse, cuántos habrán logrado pasar el filtro de las autoridades electorales…en fin.

Lo que ya empezamos a ver en nuestro país, ya es una trágica realidad cotidiana en México donde hace 21 días masacraron a un grupo de estudiantes y desaparecieron a 43 normalistas, nada menos que por acción de las mismas autoridades locales de un pueblo del estado de Guerrero. Y ello, como represalia por denunciar a las organizaciones criminales.

Por ello, reproducimos este incisivo artículo que explica las nuevas formas que va asumiendo el crimen organizado. Y quien dice crimen, dice ambición por el dinero, sin ningún escrúpulo. Y en nuestras sociedades. “deformadas” para eso, quién puede tirar la primera piedra (Jesús Hubert)

¿Por qué el crimen organizado atenta contra la sociedad civil en México?

  • En Guerrero, Michoacán y Tamaulipas, las mafias se dedican no solo al narco, sino que tienen por objetivo asumir el poder local
GUILLERMO TREJO 12 OCT 2014 - 01:03 CEST

Todo parece indicar que el gobierno municipal y el crimen organizado actuaron de manera coordinada en el artero asesinato de seis estudiantes normalistas y de la desaparición forzada de 43 de sus compañeros en la ciudad de Iguala, en el sureño estado mexicano de Guerrero. En medio del duelo, la indignación y la movilización nacional el país se pregunta sobre las razones que llevaron a un gobierno local dominado por el crimen organizado a ordenar una masacre de estudiantes pertenecientes a uno de los colectivos sociales más antiguos y combativos del país. Si el principal negocio del crimen organizado en México es el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, ¿por qué asesinar estudiantes que no tienen ninguna relación con ello?

Para entender los motivos represores del crimen organizado hay que empezar por reconocer uno de los cambios más importantes en la industria criminal de los últimos años: en estados como Guerrero, Michoacán y Tamaulipas, el crimen organizado ya no solo intenta monopolizar el trasiego de la droga sino que ahora ha pasado a una nueva fase en la que uno de sus grandes objetivos es la toma del poder local –apoderarse de los municipios y sus recursos y extraer la riqueza local a través de la tributación forzada. En zonas del país donde diferentes grupos criminales se disputan el control del tráfico de droga, para sufragar estos conflictos el crimen organizado fue paulatinamente expandiendo su acción a industrias extractivas de recursos naturales –la toma clandestina de gasolina, petróleo y gas– y de riqueza humana –la extorsión y el secuestro. En esta nueva estrategia los grupos criminales encontraron un nuevo y valioso botín: el municipio y sus contribuyentes. Como lo demuestra la terrible experiencia de Michoacán, el crimen organizado se apropiaba del 30% del presupuesto anual de obra pública de los municipios; exigía que los contratos de obra pública se otorgaran a constructoras bajo su control; y cobraba el 20% de la nómina salarial de la burocracia local. Pero la infiltración del municipio fue más allá: los grupos criminales se apoderaron de las arcas públicas municipales donde obtenían información fidedigna que les permitiera extorsionar con mayor eficacia a los hoteles, restaurantes y pequeños negocios de las ciudades bajo su dominio.

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viernes, octubre 17, 2014

José Antonio Abreu : Justicia Social y Justicia Cultural deben estar unidas


José Antonio Abreu: Cuando el cambio es en el espíritu del hombre

Cuando los vientos siniestros de la vuelta al pasado soplan más fuerte en la patria de nacimiento del Libertador Bolívar, vale la pena preguntarse por qué subsiste un proyecto político, aun sin su líder. Y una de estas razones es la que podrán escuchar directamente, tanto en la voz autorizada del músico y maestro José Antonio Abreu, creador del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, como en el testimonio vivo de lo que el arte puede hacer por un nuevo hombre y una nueva sociedad cuando se gobierna desde y para las mayorías (Jesús Hubert)