domingo, marzo 09, 2014

Evo Morales: Razones para una segunda reelección _ Escribe: Pablo Stefanoni /Revista Nueva Sociedad


 

La reelección de Evo, confirmaría su acierto de actuar con realismo político

La saga progresista en América Latina, desde la muerte de Hugo Chávez, aparentemente ha empezado a debilitarse. Pero la misma prensa que se rasga las vestiduras por las contradicciones del gobierno de Maduro dice muy poco de la estabilidad del gobierno de Evo Morales, en Bolivia, gestión que, a juzgar por las encuestas, será reconfirmado con la segunda reelección de Evo en las elecciones de Octubre próximo. Entender por qué es el objetivo de este importante artículo que compartimos con ustedes (Jesús Hubert).

¿Por qué sigue ganando Evo Morales?

Pablo Stefanoni

09/03/14



Una encuesta publicada en estos días le da a Evo Morales más del 45% de las intenciones de voto, y 32 puntos de diferencia con su más cercano contendiente para las elecciones de fines de este año, el político y empresario Samuel Doria Medina. Como las poblaciones rurales no son incluidas en este tipo de sondeos, se estima que podría ampliar el porcentaje y superar el 50%. Incluso si no lo hiciera ya ganaría, según la ley boliviana, en primera vuelta. ¿Pero a qué se debe que en su octavo año de gobierno el “primer presidente indígena” coseche esos resultados en un país conocido por la inestabilidad política y donde el 17 de octubre de 2003 su presidente –Gonzalo Sánchez de Lozada– debió abandonar apresuradamente el poder y huir en helicóptero primero a Santa Cruz y más tarde a EEUU? Sin duda, la respuesta reside en dos planos: el económico y el político-simbólico.

Morales cuenta con recursos públicos con los que ninguno de sus antecesores se atrevió siquiera a soñar, gracias al “viento de cola”, pero también a una política económica que combinó nacionalización de los hidrocarburos, aumento de los impuestos a las petroleras y una gestión macroeconómica cuidadosa de los equilibrios fiscales que le permitió acumular reservas récord: casi 15.000 millones de dólares, equivalentes a más del 50% del PBI (porcentualmente unas de las más altas del mundo). Eso le da, sin duda, un gran blindaje, aunque no deja de representar una visión bastante ortodoxa del manejo de la macroeconooCYUmía nacional. No hay que olvidar que la izquierda boliviana quedó marcada por el “trauma de la hiperinflación” después de que en 1985 el gobierno de entonces, presidido por Hernán Siles Zuazo, debiera adelantar la transmisión del mando.

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